miércoles, 16 de febrero de 2011
El hombre que volvió de la muerte
Cuando Ronaldo se rompió el tendón rotuliano a los seis minutos de haber ingresado en el partido de Copa Italia entre Inter y Lazio, el 4 de abril de 2000, todos pensaron que su carrera estaba acabada a la tierna edad de 24 años.
Varios meses antes, en noviembre de 1999, el astro había sido operado de esa misma rodilla. Por eso, aquel nuevo golpe hacía suponer un rápido retiro para un futbolista que ya había dado que hablar en Europa pero que todavía no había demostrado todo lo que era capaz. No sería la primera vez que un crack se veía obligado a despedirse por problemas físicos.
Sin embargo, la tenacidad, el coraje y la garra de Luís Nazário de Lima cambiaron esos desgarradores gritos de dolor en el césped del estadio Olímpico por otros gritos más felices, de festejos. Ronaldo dejó las muletas para subirse al olimpo del fútbol mundial.
Estuvo casi dos años sin jugar y regresó pocos meses antes del inicio de la Copa del Mundo de Japón-Corea 2002, a la que Brasil había arribado después de una tormentosa eliminatoria y en silencio, casi como nunca en su rica historia. Pese a la inactividad, Luiz Felipe Scolari no dudó en convocarlo, porque sabía que el Fenómeno tenía una deuda pendiente en el torneo más importante de todos. A minutos de la final de Francia 98, la estrella del Scratch vivió una situación que jamás fue revelada, pero que minó sus opciones de coronarse en la cancha, no en el banco de suplentes como en Estados Unidos. Como todo el equipo, el 9 fue una sombra en el estadio de Saint Denis y Brasil perdió por goleada ante el local. La imagen del llanto con los botines colgados en su cuello es otra de las postales de su carrera. Desde ese 11 de junio, la Copa FIFA se convirtió en su obsesión.
La leyenda del Ave Fénix es casi un lugar común cuando se recuerda aquel 3 de junio de 2002 en Daegu, Corea del Sur. Ronnie marcó el gol del empate de su Selección ante Turquía, en el debut mundialista. Luego, el crack nacido en Río de Janeiro marcó siete goles más y se subió al trono para siempre. Se convirtió en rey, como antes fueron Beckenbauer, Pelé o Maradona.
La historia de Ronaldo en las Copas del Mundo tuvo un final acorde a la vida del protagonista. En Alemania 2006 anotó tres tantos más y superó el récord goleador de Gerd Muller, con quince anotaciones.
Ronaldo se retiró y con él se fue el mejor delantero de las últimas décadas, quizás el artillero más grande de todos los tiempos. Un futbolista extraordinario por lo que hizo en las canchas pero también por todo lo que debió soportar para llegar adonde llegó.
En su última conferencia, dijo que quiere un partido más con la Selección que lo vio brillar. Esa misma Selección que se prepara para jugar un Mundial como local. Sí, en 2014 "su torneo" se jugará en casa. Por eso, el hombre que volvió de la muerte y se ganó la inmortalidad, merece una despedida inolvidable.
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