jueves, 22 de septiembre de 2011
FIFA.COM: Chiroque cumple su promesa
“Ya lo verás, algún día seré un futbolista famoso”, le decía el pequeño William Chiroque a su mamá Sabina cuando ésta, que soñaba con que su hijo fuera mecánico, le pedía por décima vez que dejara de jugar para hacer los deberes, explicándole que “la pelota no te va a dar de comer”. Él, recién entonces, abandonaba el único campo de juego de La Pilca, una cancha de tierra llena piedras y con arcos de madera.
Hoy, dos décadas después, pocas cosas han cambiado en aquel humilde lugar. De hecho, Doña Sabina sigue viviendo en la misma casa, que, pese a los retoques, se parece bastante a la de ese entonces. Algo similar sucede con la cancha, que, si bien continúa sin pasto, tiene menos piedras y arcos de hierro…
William, en cambio, ya tiene 31 años, aunque su cara y altura digan lo contrario. Y luego de su gran actuación en la Copa América 2011, donde fue una de las revelaciones del sorprendentePerú que terminó tercero, ha cumplido con aquella profecía. “¡Pensar que yo no le creía y él me estaba diciendo la verdad!”, admite hoy la madre emocionada…
La salida del puebloLa Pilca es un muy pequeño caserío cercano a la ciudad de Piura, a donde Chiroque se dirigió cuando, tras mucho fútbol de pie descalzo, decidió perseguir su sueño. Atrás quedaría el lugar donde es conocido como Wilson. “Así le quería poner pero la muchacha del registro le puso William y nos dimos cuenta tarde”, cuenta papá Zuriel.
“Así es. ¡Si hasta me han apodado Periquito por error!”, confirma entre risas tímidas Chiroque aFIFA.com. Y explica: “El apodo era para uno de mis hermanos que, al ser rubio, se parece al periquillo, un pájaro de la zona. Pero aunque tengo pelo oscuro, también lo heredé yo”, rememora este media punta de gambeta endemoniada, quien forjó entre piedras y polvaredas un estilo vertical, atrevido y resistente a los golpes que sorprende para alguien de 1,65 metros y 60 kilos.
Cada vez que regresa a La Pilca todavía se quita los zapatos y juega con niños que sueñan en ser como él. “Yo les digo que sigo siendo el mismo, y preferiría que no me admiraran… Pero el calor humano es importante para recordar que uno puede en este camino tan largo”, afirma el futbolista de Juan Áurich.
¿Cuán largo fue para él? Como tres números más, para empezar… “Cuando me fui a probar Club Atlético Grau de Piura en 2000 no tenía botas, entonces me dieron unas 41 cuando yo calzaba 38. ¡Pero jugué bien e igual me ficharon!”, recuerda. Dos años después pasó al más importante Alianza Atlético de Sullana, donde debutó a los 22 años.
Pasado y presente de selecciónSu buen rendimiento allí le permitió ser convocado por Paulo César Autor a la selección mayor en 2004, haciendo su estreno en un amistoso contra Chile y provocando el gol que sentenció el 2-2. “Igualmente, si bien me llamaba seguido, siempre quedaba afuera de los 18”, recuerda este admirador de “cualquier futbolista que vaya para adelante”.
Recién tuvo otra oportunidad en 2007, cuando ya jugaba en Cienciano y el seleccionador era José del Solar. “Me citó para el inicio de las eliminatorias para Sudáfrica, pero apenas entré unos minutos con Paraguay y ni concentré para Chile. Me volvió a llamar para los próximos partidos, aunque mientras mis compañeros jugaban con Brasil en Lima, otros entrenábamos en la altura de Cuzco para el juego con Ecuador en Quito. Como volví a quedar afuera, perdí las ganas de ir”, reconoce.
El pase a Juan Áurich, en 2009, relanzó su carrera. “Es cierto, al club le debo parte de este presente que no esperaba, pero disfruto porque jamás perdí la capacidad de lucha”. Él mismo reconoce que tuvo algo de suerte, ya que algunas lesiones de cara a la Copa América le permitieron hacerse un lugar en la lista de Sergio Markarian, aunque él hizo lo suyo.
“¿Y a este petizo de dónde lo sacaron?”, preguntó con humor el técnico de Chile Claudio Borghi, quien lo padeció pese a la victoria de los suyos durante la fase de grupos. Él agradeció el elogio con humildad, igual que no se la creyó cuando la prensa de su país lo llamó ‘el Messi peruano’, luego de la electrizante jugada que, en el duelo por el tercer puesto ante Venezuela, derivó en su gol, el primero de Perú en el 4-1.
“Tomo todo en su medida. Ahora me concentro en rendirle al Áurich y seguir en la selección. Jugar un Mundial sería completar una linda carrera, aunque el camino es largo y, tras la Copa América, las expectativas crecieron, por lo que deberemos ir despacio. Pienso que, pese a la ausencia de Brasil, serán unas eliminatorias dificilísimas. Si creemos que ahora todo será más fácil, estamos en problemas”, concluye Chiroque.
La incógnita es… ¿Le habrá prometido a su mamá que jugará la Copa Mundial de la FIFA 2014?
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