La primera eliminatoria de la prueba más rápida del Mundial que se desarrolla en Corea del Sur tuvo una particularidad: Sogelau Tuvalu. Uno de los participantes se presentó al evento inaugural con ropa de aficionado, zapatillas de aficionado -sin clavos- y físico de aficionado.
El público presente parecía comprender que uno de los participantes no estaría entre los mejores, ni que pelearía para clasificar para las finales del evento. De hecho, las apuestas pagaban hasta US$ 50 mil por cada uno apostado.
Los 15"66 -mejor marca personal- que estableció quedarán en la historia. Pero pese a las burlas mundiales, el récord de Tuvalu no fue el más lento de todos. En 1997, Kim Collins hizo un tiempo que parece imbatible, en Atenas: 21"73. Seis años después sería campeón del mundo.
Las imágenes de Tuvalu recorrieron el planeta, y lo que para muchos puede ser una vergüenza, para él no es más que un orgullo: "Participar aquí es un sueño hecho realidad", declaró el samoano al finalizar.
Las nuevas reglas de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo establecen que los mejores no se crucen con los peores en las pruebas clasificatorias. En los primeros cuatro turnos -en el horario con menos convocatoria- se miden los que llegaron a la cita con los más bajos récords, y en los siguientes siete, participan los que ostentan los superiores.
Sogelau, que admitió que en la escuela logró realizar la prueba en menos tiempo, no pudo medirse con su ídolo Usain Bolt. Al menos Tuvalu, pudo correr en los 100 metros. Bolt no pudo, por ser eliminado al realizar una partida falsa
Samoa es país que comprende un grupo de islas perteneciente al archipiélago de la Polinesia.
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