lunes, 13 de junio de 2011

El adiós del Titán

“Conviví diecinueve años de mi carrera soñando y viéndolo (al arco) en mi cabeza cada vez que me acostaba y pensaba en un partido. Y poder llevarme el arco de la ‘Bombonera’ es algo único”.
Con estas palabras, el delantero argentino Martín Palermo describió toda su emoción tras recibir de parte del club Boca Juniors uno de los arcos del estadio la ‘Bombonera’, a modo de regalo tras jugar el domingo su último partido en la referida cancha.

Martín Palermo es una leyenda viviente, un mito que perdurará por siempre en la historia de Boca. La despedida de la Bombonera del máximo goleador de todos los tiempos con la camiseta azul y oro será una noche que se recordará para siempre. Y ni hablar de sus logros. Porque en 403 partidos convirtió 236 (43 internacionales) goles y ayudó a que Boca ganara 14 títulos.

Por eso anoche la Bombonera se vistió como en sus mejores galas. “Extrañarte siempre, olvidarte jamás” o “simplemente gracias por todo, Titán” fueron banderas que los hinchas colgaron para agradecer.

Y los cantos de esa conmovedora hinchada lo aludían. Desde el clásico “aplaudan, aplaudan; no dejen de aplaudir; los goles de Palermo, que ya van a venir”, pasaban a la promesa: “olé, olé; olé, olé, olá; Martín Palermo no te vamos a olvidar”. Aunque el hit fue: “Muchas gracias Palermo, muchas gracias Palermo; vos nos diste los goles, vos nos diste alegrías; lo que hiciste por Boca, no se olvida en la vida; no se olvida en la vida…”.

Y en ese ambiente festivo, todas las miradas se posaban sobre él. Ni siquiera la hinchada reparó en la presencia de Diego Maradona, que volvió a la Bombonera después del conflicto tras la renuncia de Román Riquelme a la selección en 2009.

No hubo ovación para Diego. Era la noche de Palermo. Todo pasaba por lo que podía hacer “el Loco”, que anoche lució una camiseta con el “9” y su apellido color dorados. Cuando rechazó de cabeza un córner de Banfield, hubo ovación. Ni qué hablar cuando tiró un taco. Hubo lamentos cuando Bologna le tapó a Martín su gol, tras gran asistencia de Riquelme. Y casi se cae el estadio cuando en el complemento tiró una chilena.

Todos esperaban el gol en ese arco, el que da al Riachuelo. Muchos recordaban que ese loco que llegó a Boca en 1997 debieron esperarlo seis partidos hasta que convirtió su primer gol. Fue a Independiente, el 30 de septiembre de 1997.

En el mismo arco que le hizo a River “el gol en muletas”, la noche de mayo del 2000 por la Libertadores. O en el que metió el gol de cabeza desde 38 metros, a Vélez en el Apertura 2009. Poco importó que el error de Lucchetti lo dejara ayer sin triunfo. Si los hinchas sufrieron con él y compartieron su dolor, cuando asomaban los capítulos tristes de su vida de película. Los penales errados en la selección, las graves lesiones, la pérdida de un hijo. Por eso cuando Martín se besa el tatuaje de Stéfano, en un antebrazo, todos ven en él al hombre que idolatran.

Al final, llegaron los homenajes, los saludos de sus familiares, del “Coco” Basile, de su amigo Guillermo Barros Schelotto, o del “Virrey” Carlos Bianchi, creador del apodo “Optimista del gol”, entre otros. Luego del himno que tocó Ciro a armónica pura, “el Loco” habló conmovido: “Estoy muy contento por todo esto y me voy más que feliz de esta cancha. Pasamos cosas muy lindas y le agradezco a la gente todo el cariño”. Además, confirmó que jugará ante Gimnasia en La Plata.

Le regalaron una capa de “Súper Martín” y el arco que da a Casa Amarilla con una placa en el travesaño. Y claro, llegó la vuelta olímpica que terminó con “el Titán” emocionado ante la 12. La imagen que se inmortalizará en el recuerdo del hincha de Boca. Lo dicen “Loco”, “Titán”, “Martín Pescador”, “Optimista del gol”. Para la eternidad, sólo Palermo.


Hoy el diario Olé hizo pública la carta que Martín Palermo leyó en su despedida.

“Faltan pocos minutos para entrar por última vez a la Bombonera como jugador profesional. Aún recuerdo el primer día que pisé el césped de este estadio, hace casi 14 años. Son cientos las imágenes que se entremezclan ahora en mi memoria. En este momento de mi adiós, no tengo más que palabras de agradecimiento. Agradezco principalmente a la gente y a los hinchas, que me han manifestado su cariño en cada momento, a lo largo de tantos años. Boca fue todo para mí. Pero son los hinchas quienes hacen grande al club y están por encima de cualquier persona. A veces me siento en deuda con ellos por todo lo que me dan. Y es por eso que siempre tengo la necesidad de brindarles algo más.

Fueron años increíbles los que pasé acá, los que vivimos juntos, en los cuales luchamos sufrimos y también nos emocionamos. Son muchas alegrías vividas. No me imaginaba que iba a recibir tantas muestras de cariño. Últimamente la gente llenó las tribunas en los entrenamientos, algunos llegados muy desde lejos, con banderas, gritos de apoyo, agradecimientos y pedidos También quería decirle gracias a todas las personas que trabajan en el club, de cada uno de los sectores. Ellos son parte de Boca, de nosotros, más allá de que cumplen otras funciones. Siempre están a nuestra disposición, dando lo mejor para el club. Así que también mi gratitud para ellos. Con todos los que tuve contacto estos años siempre se portaron muy bien conmigo. Espero poder seguir vinculado a Boca en un futuro próximo… desde el lugar que pueda. Más adelante, me gustaría poder volver como DT para dirigir al equipo, aunque por ahora no tengo apuro. Espero que algún día las cosas se den. En lo que pueda colaborar o ayudar, voy a estar siempre por lo que significa Boca para mí.”

Martín Palermo

2 comentarios:

  1. por suerte consegui un alquiler de apartamentos en palermo para su despedida y pude ir! fue tan emocionante, no puedo creer que no va a jugar mas

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  2. Felicidades!!! fue un evento espectacular, lástima que no volvamos a gritar sus goles

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