Uno, de cuna humilde, recolector de botellas para reciclar. El otro, de familia acomodada, heredero de una dinastía del fútbol.
El ecuatoriano Antonio Valencia y el mexicano Javier "Chicharito" Hernández no sólo provienen de países distintos, sino de realidades opuestas. Pero tienen algo en común: pueden ganar la Champions!
ANTONIO VALENCIA
"Esto es un sueño", dice el futbolista ecuatoriano Antonio Valencia a pocos días de la final de la Liga de Campeones de Europa a disputarse entre su equipo, el Manchester United, y el Barcelona de España.
En medio de las prácticas en Londres, el jugador de 25 años habla con la prensa de su extraordinaria recuperación tras la fractura de tobillo que sufrió en septiembre pasado -que lo alejó seis meses de las canchas-, y cuando tiene la oportunidad no deja de mencionar a Ecuador y su Lago Agrio natal.
De dicha ciudad amazónica, capital de la provincia de Sucumbíos, fronteriza con Colombia, Antonio Valencia salió a la edad de 15 años con la ilusión de convertirse en una estrella del fútbol.
"Gracias Lago Agrio", escribió Valencia en su cuenta de Twitter este 25 de mayo. Fue allí, en una zona petrolera, atribulada por carencias de servicios básicos y períodos de auge delincuencial, y receptora de miles de refugiados colombianos que huyen de la violencia de guerrilleros y paramilitares, donde empezó el sueño de Valencia.
A la edad de seis años, el "Toño" recorría las calles de Lago Agrio para recolectar botellas de vidrio que luego las vendía a recicladores mayoristas.
"Siempre fue un emprendedor", comenta su madrina de bautizo, Mirnia Portocarrero,al recordar que Antonio gastaba el dinero obtenido, no en golosinas, sino en comprar comida o zapatillas para su ansiado juego con la pelota.
En canchas de lodo
La casa donde creció Antonio Valencia, el penúltimo de seis hermanos, está ubicada a un costado del estadio Carlos Vernaza, donde entrena hasta ahora el Club Deportivo Caribe Junior, de segunda división, el primer equipo en el que jugó el futbolista ecuatoriano.
Este hecho fue determinante en la pasión por el fútbol que desarrolló Antonio, según lo señala Luis Valencia, su padre.
Pero jugar en el Carlos Vernaza no era fácil. "Antonio jugaba en una cancha deplorable. Cuando llovía se creaban allí varias lagunas. Pero fue en ese lugar donde formamos a muchos jugadores en las bases del fútbol", dice Mundo José Villafuerte, figura del balompié ecuatoriano de los 80, y quien años más tarde, como responsable de la selección de fútbol de Sucumbíos, entrenó a Antonio Valencia cuando este tenía 14 años.
"Desde muy joven, Antonio mostró velocidad, técnica, pero más que todo un alto deseo de superación", comenta Villafuerte.
Desde muy joven, Antonio ha mostrado velocidad y técnica.
Esa motivación condujo a Antonio a dejar Lago Agrio rumbo a Quito para jugar en El Nacional, donde debutó en primera división a los 18 años de edad. Desde allí el progreso del jugador ha sido imparable. En 2005, Valencia fue convocado a la Selección Ecuatoriana de Fútbol, donde su buena actuación lo llevó a ser contratado por el Villarreal a la edad de 20 años.
Sin muchas oportunidades en el Villarreal, pasó al Recreativo de Huelva, de la segunda división española, donde volvió a brillar y fue adquirido por el Wigan Athletic de Inglaterra.
En 2006, Valencia jugó el Mundial de Alemania y en 2009 su pase fue comprado por el Manchester United por una suma aproximada de US$26 millones, convirtiéndose en el jugador ecuatoriano más caro de la historia.
Haciendo historia para Ecuador
Tras conquistar hace poco la Premier League con el Manchester United, Antonio Valencia se puede convertir este 28 de mayo en el primer jugador ecuatoriano en coronarse campeón de la Champions League.
La historia de superación de Antonio Valencia, un joven introvertido que llegó a Inglaterra sin dominar el inglés, es para muchos nuevos futbolistas ecuatorianos un ejemplo a seguir.
"Valencia desde la humildad demuestra una gran personalidad. Él es un hijo del pueblo. Es un muchacho que no se ha mareado con la fama y que sigue conservando su forma de ser", dice Fabián Gallardo, uno de los periodistas ecuatorianos que ha seguido la trayectoria del futbolista.
Alex Ferguson, técnico del United, ha destacado que Valencia "tiene mucha influencia en el equipo". "Desde su lesión contra los Rangers, se ha dedicado a la recuperación, ha vuelto, ha añadido frescura, ha renovado el equipo, tiene capacidad de atacar y regatear...", ha dicho el entrenador.
Así, el sueño de Antonio Valencia que empezó en un polvoriento estadio de Lago Agrio seguirá haciéndose realidad este sábado en Wembley, donde el mundo futbolero, y todo Ecuador, donde es un ídolo, estará pendiente de sus desbordes por el costado derecho de la cancha y la precisión de sus centros.
JAVIER"CHICHARITO"HERNANDEZ
Hace 10 años no había rastro de Chicharito: el número 14 del Manchester United era simplemente "Javi", el hijo de Don Javier. El nieto de Don Tomás.
La cuna de quien hoy triunfa con los "diablos rojos" y promete poner en apuros al FC Barcelona en la final de la Liga de Campeones de Europa (la Champions League) bien podría haber tenido forma de balón.
El Chicharito Hernández, a punto de cumplir 23 años, se crió en una conocida familia de Guadalajara, la segunda ciudad más poblada del país, con 4,5 millones de habitantes, y uno de los motores económicos de México.
Cuando él vino al mundo en Jalisco, su padre, Javier Hernández, llevaba casi una década sobre los campos de fútbol y presumía de ser uno de los seleccionados para el equipo nacional en la Copa del Mundo de 1986.
Él es quien estrenó el apodo del Chícharo, nombre con el que los aficionados bautizaron a un extremo derecho de baja estatura y ojos verdes como la arveja.
Su abuelo, Tomás Balcázar, también era leyenda del fútbol nacional, al haber marcado un gol frente a Francia en el Mundial de Suiza de 1954, una hazaña que repetiría con la playera del nuevo "Tri" su nieto Javi 56 años después.
Sangre azul
El delantero Hernández goleó 20 veces en la liga inglesa. Foto: Getty
Quizás por llevar la sangre azul de la nobleza futbolística, el príncipe Hernández siempre pudo entrenarse en los mejores campos de su ciudad.
Con apenas 9 años ya formaba parte de las filas juveniles del Club Deportivo Guadalajara (Chivas), uno de los conjuntos con más tradición y títulos del fútbol mexicano.
Desde entonces, Chicharito sólo ha pisado la alfombra roja del fútbol. O lo que es lo mismo: el césped de los estadios de Sudáfrica en el Mundial del 2010, donde anotó dos goles, y el de la catedral deportiva de Old Trafford en Manchester, su nueva casa, en la que marcó 20.
"Se notaba que su padre y su abuelo eran futbolistas reconocidos aquí, porque salió muy pícaro", asegura Gabriel López, quien fue su entrenador hace una década.
"El haber nacido en esa familia le hizo tener siempre una meta enfrente: él me decía que quería ser titular en el equipo de primera división y, sobre todo, ser todavía mejor jugador que su padre y su abuelo", asegura López.
Aquel Javier Hernández de 12 años, jugador de las Fuerzas Básicas de Chivas (categoría infantil), era chaparrito (bajo) como su padre y disciplinado como su abuelo.
Inquieto y flojo
"Era un muchachito muy humilde y muy educado que no causaba problemas. Era el primero que llegaba y el último que se iba del entrenamiento", asegura López, también ex futbolista de Chivas y ahora dedicado a encontrar nuevas promesas.
Con el Chicharito le fue bien, aunque por aquel entonces al niño de los Hernández-Balcázar no se le intuía el juego que ahora le convirtió en uno de los "chiqueados" (como se refieren en Guadalajara a los mimados) de Alex Ferguson.
En el campo "era muy inquieto, aunque a veces no muy trabajador. Era muy flojo y pensaba que por ser extremo derecho no tenía que correr tanto", recuerda "el profesor" López.
"El cambio se produjo cuando pasó a los juveniles y empezó a ejercer como delantero", aclara. El resto de la historia son éxitos en la máxima categoría del Chivas y la llamada del Manchester.
Su vida en Inglaterra
El inquieto Javi, ahora convertido en el respetado Javier Hernández, ha cambiado su casa de Guadalajara —allí queda la del abuelo Tomás, donde se coloca un altar cada vez que el nieto disputa un encuentro decisivo—por la de Inglaterra. Vive con su hermana y sus padres, que le animan a seguir con sus clases de inglés.
Este estudiante que nunca pudo terminar la carrera de Negocios y Administración de Empresas es el ganador de la Premier League con el Manchester (donde los fans le eligieron el mejor jugador del año) y dice salir al campo por Dios, por su familia y por México, "el mejor país del mundo".
Le admiran en su tierra, donde le han dado la medalla al mérito deportivo.
Y también en Manchester, donde poco a poco se ha ganado un puesto en la alta sociedad del United. Tanto, que hasta la banda local World Red Army ha compuesto una canción en su honor: "Chico Chicharito tiene un don de Dios. Él es el hombre que vino de Jalisco
Ahora mira este video , con las claves para la final de la champions
Tomado de BBC
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