
El Barcelona cobrará por la marcha de Toral 350.000 euros en concepto de derechos de formación. Interior zurdo de depurada técnica, físico imponente y gran recorrido.
El jugador que ya ha debutado ya con la selección española sub-16 tiene como representante a Pere Guardiola, hermano del entrenador del primer equipo azulgrana,
Àrsene Wenger lo vuelve a hacer

La noticia la adelantó RAC-1 el lunes y no ha parado de circular desde entonces, básicamente porque el caso se asemeja mucho a lo ocurrido hace ocho años con Cesc Fàbregas. El volante también abandonó el club en circunstancias similares, es decir, alegando un cambio de residencia para poder crecer en un club donde le prometieron un rápido protagonismo que no ha desaprovechado. No en vano, hoy es capitán de los Gunners, campeón del mundo con España, y uno de los jugadores más cotizados de toda Europa.
Hay que reconocer que Wenger es un tipo muy listo. Su capacidad para seducir a jóvenes de media Europa no tiene parangón. Aunque quede mejor decir que el técnico francés es el hombre elegante y que los jugadores a los que convence son unos desagradecidos para con el club que les ha formado.
No nos engañemos: aquí no hay pistolas en la nuca, ni conspiraciones subterráneas. Aquí, y sobre todo en ciertas edades, hay padres y madres, egos en proceso de evolución, rostros lampiños y sueños de juventud. Todo lo demás, son tonterias. Que Wenger se aproveche de esta situación y se fije en los mejores es lícito. Significa que tiene buen gusto. De la misma manera que los menores de edad (instigados o no por presiones familiares) tienen todo el derecho a continuar su formación donde les plazca.

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